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El sector sanitario depende cada vez más de la tecnología, lo que ha aumentado el riesgo de amenazas a la ciberseguridad. La digitalización de los historiales de los pacientes, el auge de la telemedicina y el uso de dispositivos IoT plantean nuevos retos a las organizaciones sanitarias en términos de privacidad y protección de datos. Este artículo explorará algunos de los retos de ciberseguridad a los que se enfrenta el sector sanitario y proporcionará estrategias de protección y cumplimiento.


Retos de ciberseguridad en la sanidad

La industria de la salud es un objetivo principal para los ataques cibernéticos debido a la naturaleza sensible de los datos que maneja. Según un informe de Fortified Health Security, hubo 35 millones de registros de atención médica violados en 2019, y el costo de una violación de datos de atención médica es el más alto de cualquier industria. Algunos de los desafíos comunes de ciberseguridad que enfrenta la industria de la salud son:

1. Ataques de ransomware

Los ataques de ransomware son una grave amenaza para el sector sanitario. Estos ataques consisten en cifrar los datos de una organización y exigir un rescate a cambio de la clave de descifrado. Las consecuencias de un ataque de ransomware pueden ser devastadoras, provocando la pérdida de datos críticos de los pacientes y un tiempo de inactividad significativo para la organización.

Por ejemplo, en 2017, el ransomware WannaCry afectó a varios hospitales en el Reino Unido, causando importantes interrupciones en la atención al paciente. Más recientemente, en 2020, la Universidad de California San Francisco pagó un rescate de 1,14 millones de dólares para recuperar el acceso a sus datos tras un ataque de ransomware.

Para protegerse contra los ataques de ransomware, las organizaciones sanitarias deben aplicar las siguientes medidas:

  • Realizar copias de seguridad periódicas de los datos críticos para evitar su pérdida en caso de ataque.
  • Utilizar software de seguridad para detectar y prevenir ataques de ransomware.
  • Formar a los empleados sobre cómo identificar y evitar los ataques de ransomware.
  • Desarrolle un plan de respuesta a incidentes en caso de ataque de ransomware.
  • Implemente controles de acceso estrictos para impedir el acceso no autorizado a sistemas y datos.

Tomando estas medidas, las organizaciones sanitarias pueden protegerse mejor de las devastadoras consecuencias de un ataque de ransomware.

2. Ataques de phishing

Los ataques de phishing son un tipo común de ciberataque en el sector sanitario. El objetivo de estos ataques es engañar a las personas para que proporcionen información sensible, como credenciales de acceso o datos personales. En el sector sanitario, estos ataques pueden llevar a la exposición de información sensible de los pacientes o a la instalación de malware en la red de la organización.

Por ejemplo, en 2019, un ataque de phishing a la American Medical Collection Agency (AMCA) expuso la información personal y financiera de millones de pacientes. El ataque fue causado por un correo electrónico de phishing que engañó a un empleado para que descargara malware en la red.

Para protegerse contra los ataques de phishing, las organizaciones sanitarias deben implementar las siguientes medidas:

  • Formar a los empleados sobre cómo identificar y evitar los correos electrónicos de phishing.
  • Implantar filtros de correo electrónico y software antiphishing.
  • Implantar la autenticación de dos factores para reducir el riesgo de robo de credenciales de inicio de sesión.
  • Limitar el acceso a datos confidenciales en función de la necesidad de conocerlos.
  • Compruebe periódicamente la capacidad de los empleados para identificar y responder a los ataques de phishing.

Tomando estas medidas, las organizaciones sanitarias pueden reducir el riesgo de ser víctimas de un ataque de phishing y proteger los datos de los pacientes.

3. Vulnerabilidades de los dispositivos IoT

El uso de dispositivos IoT en la asistencia sanitaria es cada vez más común, con dispositivos como bombas de insulina y marcapasos conectados a Internet. Sin embargo, estos dispositivos suelen tener vulnerabilidades que pueden ser aprovechadas por los ciberdelincuentes para acceder a la red de una organización.

Por ejemplo, en 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) retiró 465.000 marcapasos debido a vulnerabilidades que podrían permitir a los ciberdelincuentes tomar el control del dispositivo. En 2018, un hacker demostró cómo podía controlar remotamente una bomba de insulina y administrar una dosis mortal de insulina a un paciente.

Para protegerse contra las vulnerabilidades de los dispositivos IoT, las organizaciones sanitarias deben implementar las siguientes medidas:

  • Realizar evaluaciones de seguridad periódicas de los dispositivos IoT para identificar vulnerabilidades.
  • Implementar fuertes controles de acceso para evitar el acceso no autorizado a los dispositivos IoT.
  • Asegurarse de que los dispositivos IoT están actualizados con los parches de seguridad.
  • Implementar la segmentación de la red para limitar el impacto potencial de un dispositivo comprometido.
  • Formar a los empleados sobre los riesgos asociados a los dispositivos IoT y cómo utilizarlos de forma segura.

Tomando estas medidas, las organizaciones sanitarias pueden reducir el riesgo de ciberataques a través de dispositivos IoT y proteger los datos de los pacientes de la exposición.

4. Amenazas internas

Las amenazas internas son un reto importante para la ciberseguridad en el sector sanitario. Estas amenazas pueden provenir de empleados o proveedores externos que tienen acceso a la red de una organización. Pueden incluir robo de datos, sabotaje o exposición involuntaria de datos.

Por ejemplo, en 2020, un antiguo empleado del Sistema de Salud de la Universidad de Miami fue condenado a prisión por robar información personal de más de 65.000 pacientes. En otro ejemplo, un antiguo empleado de un hospital de Michigan fue acusado de infectar intencionadamente a pacientes con hepatitis C.

Para protegerse contra las amenazas internas, las organizaciones sanitarias deben aplicar las siguientes medidas:

  • **Comprobar los antecedentes de los empleados y proveedores antes de concederles acceso a la red.
  • Implantar controles de acceso basados en funciones para limitar el acceso a datos confidenciales.
  • Supervisar la actividad de la red para detectar comportamientos sospechosos.
  • Revisar y auditar periódicamente el acceso de los empleados a datos confidenciales.
  • Formar a los empleados sobre los riesgos asociados a las amenazas internas y sobre cómo informar de actividades sospechosas.

Tomando estas medidas, las organizaciones sanitarias pueden protegerse mejor de los riesgos asociados a las amenazas internas y proteger los datos de los pacientes.


Estrategias de protección y cumplimiento

Para hacer frente a estos retos de ciberseguridad, las organizaciones sanitarias deben aplicar estrategias de protección y cumplimiento. Estas son algunas de las estrategias que pueden utilizarse:

1. Realizar auditorías de seguridad periódicas

Las auditorías de seguridad periódicas son fundamentales para identificar posibles vulnerabilidades en los sistemas y redes de las organizaciones sanitarias. Estas auditorías deben ser realizadas por auditores externos cualificados especializados en ciberseguridad sanitaria. Una auditoría de seguridad exhaustiva debe incluir evaluaciones técnicas y no técnicas, así como una revisión de los controles de seguridad física.

El objetivo de realizar auditorías de seguridad periódicas es identificar cualquier punto débil en los controles de seguridad de una organización y ofrecer recomendaciones para su mejora. Por ejemplo, una auditoría de seguridad podría identificar software obsoleto que podría ser explotado por piratas informáticos o controles de acceso mal configurados que podrían permitir el acceso no autorizado a datos confidenciales de los pacientes.

Mediante la realización periódica de auditorías de seguridad, las organizaciones sanitarias pueden protegerse mejor de las ciberamenazas y asegurarse de que cumplen la normativa del sector. Además, las auditorías de seguridad pueden ayudar a las organizaciones a evitar costosas brechas de seguridad y la pérdida de reputación al identificar y abordar las vulnerabilidades de seguridad antes de que puedan ser explotadas por los atacantes.

2. Implantar controles de acceso estrictos

Implantar controles de acceso sólidos es un componente crítico de una estrategia de ciberseguridad integral para las organizaciones sanitarias. Los controles de acceso limitan el acceso a los datos y sistemas sensibles, reduciendo el riesgo de filtraciones de datos y el acceso no autorizado a los datos de los pacientes. Hay varios tipos de controles de acceso que las organizaciones sanitarias pueden implementar, incluyendo:

  • Autenticación de dos factores**: La autenticación de dos factores requiere que los usuarios proporcionen dos formas de autenticación para acceder a datos o sistemas sensibles. Puede incluir una contraseña y un código enviado a un dispositivo móvil.
  • Controles de acceso basados en funciones**: Los controles de acceso basados en roles limitan el acceso a datos y sistemas sensibles en función del rol del usuario en la organización. Por ejemplo, una recepcionista sólo puede tener acceso a los sistemas de programación de citas de los pacientes, mientras que una enfermera tendría acceso a los historiales de los pacientes.
  • Controles de acceso basados en la necesidad de conocer**: Los controles de acceso basados en la necesidad de conocer limitan el acceso a datos sensibles en función de si un usuario necesita conocer esos datos para realizar su trabajo. Esto ayuda a garantizar que sólo los usuarios autorizados tengan acceso a los datos sensibles de los pacientes.

Por ejemplo, una organización sanitaria podría implantar la autenticación de dos factores para acceder a los historiales médicos electrónicos (HCE) o aplicar controles de acceso basados en funciones para acceder a los dispositivos médicos.

Al implantar controles de acceso sólidos, las organizaciones sanitarias pueden protegerse mejor del acceso no autorizado a los datos de los pacientes, reduciendo el riesgo de filtración de datos y los costes y daños a la reputación asociados.

3. Utilizar el cifrado

El cifrado es un componente fundamental de una estrategia de ciberseguridad integral para las organizaciones sanitarias. El cifrado puede utilizarse para proteger los datos confidenciales de los pacientes tanto en tránsito como en reposo. El cifrado codifica los datos para que no puedan ser leídos por usuarios no autorizados, lo que reduce el riesgo de violación de datos y el acceso no autorizado a datos confidenciales.

Las organizaciones sanitarias pueden utilizar el cifrado para proteger los datos almacenados en dispositivos como ordenadores portátiles, teléfonos inteligentes y servidores. Por ejemplo, una organización sanitaria puede utilizar el cifrado de disco completo para proteger los datos almacenados en ordenadores portátiles y otros dispositivos móviles. Las organizaciones sanitarias también pueden utilizar el cifrado para proteger los datos transmitidos a través de redes, como las historias clínicas electrónicas (HCE) transmitidas entre proveedores sanitarios.

Existen varios tipos de cifrado que pueden utilizar las organizaciones sanitarias:

  • Cifrado de clave simétrica**: El cifrado de clave simétrica utiliza una sola clave para cifrar y descifrar los datos.
  • Cifrado de clave asimétrica**: El cifrado de clave asimétrica utiliza un par de claves, una pública y otra privada, para cifrar y descifrar los datos.

Por ejemplo, una organización sanitaria podría utilizar el cifrado de clave simétrica para proteger los datos almacenados en dispositivos móviles y utilizar el cifrado de clave asimétrica para proteger los datos transmitidos a través de redes.

Al utilizar el cifrado para proteger los datos confidenciales de los pacientes, las organizaciones sanitarias pueden protegerse mejor de las filtraciones de datos y del acceso no autorizado a datos confidenciales, garantizando que los datos de los pacientes estén protegidos tanto en tránsito como en reposo. on puede utilizarse para proteger datos confidenciales tanto en tránsito como en reposo. Esto puede incluir el cifrado de datos almacenados en dispositivos o transmitidos a través de redes.

4. Formar a los empleados

Formar a los empleados sobre cómo identificar y responder a las ciberamenazas es un componente crítico de una estrategia integral de ciberseguridad para las organizaciones sanitarias. Los empleados son a menudo la primera línea de defensa contra las amenazas cibernéticas, y proporcionarles los conocimientos y habilidades que necesitan para reconocer y responder a las amenazas puede ayudar a reducir el riesgo de violación de datos y otros ataques cibernéticos.

La formación debe abarcar una serie de temas, entre ellos cómo identificar correos electrónicos de phishing, cómo evitar la descarga de malware y cómo informar de actividades sospechosas. Además, la formación debe impartirse de forma continua para garantizar que los empleados se mantienen al día de las últimas amenazas y las mejores prácticas.

Por ejemplo, las organizaciones sanitarias pueden ofrecer formación periódica sobre ciberseguridad a los empleados, incluyendo ataques de phishing simulados para ayudarles a reconocer y responder a este tipo de amenazas. Las organizaciones sanitarias también pueden proporcionar formación sobre cómo manejar los datos confidenciales de los pacientes, incluyendo cómo transferir y almacenar datos de forma segura.

Al formar a los empleados sobre cómo identificar y responder a las ciberamenazas, las organizaciones sanitarias pueden crear una cultura de seguridad, en la que los empleados sean conscientes de la importancia de proteger los datos de los pacientes y estén equipados con las habilidades y conocimientos necesarios para hacerlo. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de filtraciones de datos y otros ciberataques, y a garantizar que los datos de los pacientes estén protegidos frente a accesos no autorizados y exposiciones.

5. Adoptar una cultura centrada en la seguridad

Adoptar una cultura de seguridad es un componente crítico de una estrategia integral de ciberseguridad para las organizaciones sanitarias. Una cultura centrada en la seguridad hace hincapié en la importancia de proteger los datos de los pacientes y sienta las bases para todos los demás esfuerzos de ciberseguridad.

Para adoptar una cultura de seguridad, las organizaciones sanitarias deben proporcionar formación y educación continuas a los empleados sobre las mejores prácticas, políticas y procedimientos de ciberseguridad. Esto puede ayudar a garantizar que los empleados comprendan la importancia de proteger los datos de los pacientes y estén equipados con los conocimientos y habilidades que necesitan para hacerlo.

Las organizaciones sanitarias también deben promover una cultura de transparencia, en la que los empleados se sientan cómodos informando de incidentes de seguridad o vulnerabilidades sin temor a represalias. Esto puede ayudar a garantizar que los incidentes de seguridad se identifiquen y aborden rápidamente, reduciendo el riesgo de violación de datos y otros ciberataques.

Además, las organizaciones sanitarias deben responsabilizar a los empleados de las violaciones de seguridad. Esto incluye implementar políticas y procedimientos para informar sobre incidentes de seguridad, llevar a cabo investigaciones sobre incidentes de seguridad y tomar las medidas disciplinarias apropiadas cuando sea necesario.

Al adoptar una cultura de seguridad, las organizaciones sanitarias pueden crear un entorno en el que la protección de los datos de los pacientes sea una prioridad absoluta, y en el que todos los empleados estén equipados con los conocimientos y habilidades que necesitan para reconocer y responder a las amenazas de ciberseguridad. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de filtración de datos y otros ataques cibernéticos, y ayudar a garantizar que los datos de los pacientes estén protegidos contra el acceso no autorizado y la exposición.

6. Cumplir la normativa

Mantenerse en cumplimiento con regulaciones como HIPAA y GDPR es un componente crítico de una estrategia integral de ciberseguridad para las organizaciones de atención médica. Estas regulaciones están diseñadas para proteger los datos de los pacientes y garantizar que las organizaciones sanitarias implementen controles de seguridad adecuados para proteger esos datos.

Para cumplir con estas regulaciones, las organizaciones de salud deben implementar políticas y procedimientos para proteger los datos de los pacientes. Esto incluye la realización de evaluaciones de riesgos para identificar posibles vulnerabilidades de seguridad y la aplicación de controles adecuados para hacer frente a esas vulnerabilidades. Las organizaciones sanitarias también deben disponer de un proceso para notificar las violaciones de datos, incluida la notificación de las violaciones a los organismos reguladores y a las personas afectadas.

Por ejemplo, las organizaciones sanitarias deben garantizar que disponen de controles de acceso adecuados para limitar el acceso a los datos de los pacientes, que los datos se almacenan y transmiten de forma segura y que los datos se cifran cuando procede. Además, las organizaciones sanitarias deben asegurarse de que cuentan con políticas y procedimientos adecuados para el tratamiento y la eliminación de los datos de los pacientes.

Al cumplir con regulaciones como HIPAA y GDPR, las organizaciones de salud pueden ayudar a garantizar que los datos de los pacientes estén protegidos contra el acceso no autorizado y la exposición. Además, el cumplimiento puede ayudar a las organizaciones sanitarias a evitar costosas multas y daños a la reputación asociados al incumplimiento.


Conclusión

En conclusión, el sector sanitario se enfrenta a importantes retos de ciberseguridad a medida que depende cada vez más de la tecnología para gestionar los datos de los pacientes, la telemedicina y los dispositivos IoT. Los ataques de ransomware, los ataques de phishing, las amenazas internas y las vulnerabilidades de los dispositivos IoT son solo algunos de los retos de ciberseguridad a los que se enfrentan las organizaciones sanitarias. Para hacer frente a estos desafíos, las organizaciones de salud deben implementar una estrategia integral de ciberseguridad que incluya auditorías de seguridad regulares, controles de acceso fuertes, cifrado, capacitación de empleados y adopción de una cultura de seguridad. Además, las organizaciones sanitarias deben cumplir con regulaciones como HIPAA y GDPR para garantizar que los datos de los pacientes estén protegidos y evitar costosas multas y daños a la reputación asociados con el incumplimiento. Mediante la aplicación de estas estrategias, las organizaciones sanitarias pueden proteger mejor los datos de los pacientes frente a las ciberamenazas y garantizar el cumplimiento de la normativa.